Hace algunas semanas se discutía en clase el "poder" que un periodista ejerce o puede llegar a ejercer en la sociedad. Participabámos estudiantes y la catedrática que imparte el curso junto a su auxiliar. El diálogo socrático, se inició a partir de la película de Citizen Kane, en la cual se expone el poder y la influencia que Kane logró alcanzar a través del periódico que adquirió y se dedicó a dirigir.
Pues bien, el diálogo llegó a concluir que los periodistas gracias al manejo y acceso que tienen a la información, gozan de poder y pueden llegar incluso a perjudicar a cualquier individuo dependiendo de lo que escriben y publican. El manejo de la información depende mucho de la ética y de los valores que cada persona maneja tanto en lo individual como en el ámbito profesional. Esto depende también de la credibilidad que tenga el periodista gracias su fama y reputación en el medio. Para ganar esta reputación un periodista debe de manejar la información de una forma transparente, presentando o revelando los hechos a la sociedad sustentados en evidencias concretas. La información presentada en la nota y/o noticia debe de ser verificada antes de publicarla, ya que de lo contrario se puede perjudicar a terceras personas o incluso al mismo periodista. Como se ejemplificó en Citizen Kane, al final Kane debido a su ambición por tener más y más poder, termina viviendo una vida llena de riquezas pero en soledad.
No cabe duda alguna, como bien se ha estudiado, que el poder absoluto corrompe.
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